El viernes las chicas y yo decidimos ir a la feria de Elche, por la noche, pero tuvimos tan mala suerte que no estaba abierta. Al final terminamos en el Corte Inglés y en el aparcamiento del Aljub, comiendo hamburguesas del Burguer King en el coche de Laura. Al llegar a Santa Pola nos compramos los pastelitos de Oreo y Philadelphia del Mcdonalds, ¡riquísimos! Al final terminamos en la glorieta muertas de frío.
El sábado decidieron volver a la feria y tuvieron la suerte de que esta vez sí estaba abierta. Yo, en cambio, me quedé en casa y aproveché para copiarme unas botas nuevas, un collar de plata, otro de bronce y una alianza. Por la noche fui a cenar con mis padres y sus amigos que hacía mucho que no veía.
Después me enteré que el Madrid ganó y el Barça ¡perdió!
El domingo fue ¡genial! Fuimos al campo de mis primas y, allí, junto a mi prima pequeña, volví a la infancia. Sacó su patinete y entonces recordé el día que me lo regalaron por Navidad. Sin vergüenza alguna me recorrí el campo con él. Mientras la pequeña estaba con los patines, y me pedía una y otra vez que la lanzara.
