Mi musica

miércoles, 8 de enero de 2014

La cosa es así.

No tenía ganas de que llegara el día siguiente para volver a clase; sinceramente no quería verlo. Hacía unos días que había decidido terminar la mini historia que tenían y no le apetecía nada encontrarse de nuevo con su mirada. Una cosa tenía clara, iba a ayudarle. Ayudarle a olvidarla. Si ella no sentía lo mismo, ¿por qué sentirse incómoda sabiendo lo que él siente? Solución: ignorar.
Eso es lo que hizo cuando sonó el timbre que daba paso a la siguiente clase, cuando lo vio, intentó por todos los medios no mirarle. Sentía la mirada de él en su espalda mientras hablaba con el resto de compañeros pero ella se mantuvo firme y siguió con lo suyo. Sabía que habían dicho de ser amigos, pero ni ella misma creía que eso saldría bien, al menos de momento. Llegó el profesor y empezó la clase, aunque fue muy distinta a las demás, no dieron clase normal, sino que fue más divertida. Intentó no volver la cabeza para mirarlo, y con su fuerza de voluntad lo consiguió, aunque por su mente solo había un pensamiento "le estás haciendo daño". Lo sabía, pero ¿qué podía hacer? Él tampoco hizo nada para intentar hablar con ella, y no sería ella quien se arrastrara como otras veces, y como ya decidió, iba a ayudarle, dolería pero al menos valdría la pena, o eso esperaba.
Todavía queda mucho curso por delante y aún no sabe como seguirá la cosa, solo espera que acabe bien.

Sintiéndolo mucho, la cosa es así.

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