Antonio Giner, cabo de la
escuadra Nugolats, de la comparsa Almogávers, y vicepresidente de la
Asociación de Moros y Cristianos, lleva desde el año 1984 implicado con
la fiesta, por lo que puede decirse que ha conocido la evolución de la
misma desde “casi su nacimiento, puesto que el primer desfile fue en el
año 1983. Desde el siguiente, no he fallado ni uno”.
El desfile del día tres, en primer lugar, ha evolucionado, “en todo, en
trajes, carrozas, boatos… a mejor, por supuesto. En cuanto a las
bandas, aunque vienen a ser las mismas, hay mucho más repertorio musical
tanto en marcha mora y cristiana como en pasodoble cristiano y la
interpretación ha crecido en grandiosidad”. El público, confiesa Giner,
se involucra cada vez más, “porque entiende más de fiesta. También
evoluciona y exige más, no olvidemos que estamos hablando de uno de los
mejores desfiles de la provincia en cuanto a lujo. Lujo que, aunque se
ha dejado resentir estos años por la crisis, se sigue demostrando”.
Quedan seis meses
Con respecto al Mig Any, que es lo que más inmediatamente nos atañe, “ha cambiado mucho de unos años a esta parte. Antes era más lujoso, no olvidemos que el objetivo principal es recordar al público que quedan seis meses para la fiesta”. Hace quince años se llegaban a alquilar trajes para el desfile, recuerda, “ahora es un pasacalles, como en sus inicios. Lo queremos así porque es más cercano, cómodo y económico para el festero. Simplemente, en bandas de música, ya puedes imaginarte el gasto que conllevaría realizar un desfile de este tipo”. “Me acuerdo que empezamos el Mig Any con un pasacalles corto”, declara, “acompañados por una sola banda de música. No vendríamos a ser más de 200 ó 250 personas como mucho”. A nivel personal asegura que lo ve mejor “porque, de la otra manera, se hace un tanto pesado. Se hacía muy tarde, ya que llegábamos a terminar a las ocho de la noche. No es lo mismo estas fechas que en verano”.
Sangre nueva
Una fiesta tiene que mantenerse viva gracias a la implicación de las nuevas generaciones, “para ello estamos dando bastantes facilidades dentro de las comparsas. Y, a las comparsas, también se les está dando más margen dentro de la Asociación de Moros y Cristianos”. Por ejemplo, no se incrementan “mucho” las cuotas para que sean asequibles a los bolsillos de los que empiezan; no se exige un número máximo o mínimo para las escuadras (recordar que, como mucho, los trajes de alquiler por escuadra cubren a entre 16 y 18 personas) “aunque, claro, para el mínimo depende mucho de qué traje quieras alquilar y cuál sea la disponibilidad, si estamos hablando de un mínimo de seis”. La presencia femenina es importante en el bando cristiano, “quizás sea más fuerte que la masculina y, creo, que en el bando moro también. De hecho ha entrado una escuadra de chicas jóvenes en Templarios, junto con otra de chicos”. Está completamente convencido de que el crecimiento de la fiesta se deriva de la implicación de la mujer, “la vistosidad no tiene punto de comparación, tanto en su forma de desfilar como en los trajes que lucen. Son vitales para el presente y el futuro de la fiesta”. Retornando al Mig Any, asegura que es una gran oportunidad para que todas las comparsas se reúnan a nivel social y “pongan ideas sobre la mesa. Las filadas sí que se encuentran a lo largo del año, pero es ahora cuando todos estamos juntos. También se abre la puerta a nuevas incorporaciones, se presenta a amigos y gente que nunca ha participado en el desfile, pero que tiene interés. En resumen, es un tiempo para unirnos y crecer”.
[Artículo sacado del Periódico Santa Pola]
En la frase "De hecho ha entrado una escuadra de chicas jóvenes en Templarios, junto con otra de chicos”, se refiere a la nueva filá que hemos formado mis amigas y yo en la comparsa ya nombrada, Las Guardianas de Tierra Santa. Este domingo nos estrenaremos con nuestras camisetas de los Templarios que nos hemos hecho y en Septiembre ya nos verán con nuestra vestimenta cristiana.
Tan solo faltan dos días para esta esperada fiesta, 2 de marzo, en la que recibiremos con los brazos abiertos a todo aquel que quiera acudir.
Quedan seis meses
Con respecto al Mig Any, que es lo que más inmediatamente nos atañe, “ha cambiado mucho de unos años a esta parte. Antes era más lujoso, no olvidemos que el objetivo principal es recordar al público que quedan seis meses para la fiesta”. Hace quince años se llegaban a alquilar trajes para el desfile, recuerda, “ahora es un pasacalles, como en sus inicios. Lo queremos así porque es más cercano, cómodo y económico para el festero. Simplemente, en bandas de música, ya puedes imaginarte el gasto que conllevaría realizar un desfile de este tipo”. “Me acuerdo que empezamos el Mig Any con un pasacalles corto”, declara, “acompañados por una sola banda de música. No vendríamos a ser más de 200 ó 250 personas como mucho”. A nivel personal asegura que lo ve mejor “porque, de la otra manera, se hace un tanto pesado. Se hacía muy tarde, ya que llegábamos a terminar a las ocho de la noche. No es lo mismo estas fechas que en verano”.
Sangre nueva
Una fiesta tiene que mantenerse viva gracias a la implicación de las nuevas generaciones, “para ello estamos dando bastantes facilidades dentro de las comparsas. Y, a las comparsas, también se les está dando más margen dentro de la Asociación de Moros y Cristianos”. Por ejemplo, no se incrementan “mucho” las cuotas para que sean asequibles a los bolsillos de los que empiezan; no se exige un número máximo o mínimo para las escuadras (recordar que, como mucho, los trajes de alquiler por escuadra cubren a entre 16 y 18 personas) “aunque, claro, para el mínimo depende mucho de qué traje quieras alquilar y cuál sea la disponibilidad, si estamos hablando de un mínimo de seis”. La presencia femenina es importante en el bando cristiano, “quizás sea más fuerte que la masculina y, creo, que en el bando moro también. De hecho ha entrado una escuadra de chicas jóvenes en Templarios, junto con otra de chicos”. Está completamente convencido de que el crecimiento de la fiesta se deriva de la implicación de la mujer, “la vistosidad no tiene punto de comparación, tanto en su forma de desfilar como en los trajes que lucen. Son vitales para el presente y el futuro de la fiesta”. Retornando al Mig Any, asegura que es una gran oportunidad para que todas las comparsas se reúnan a nivel social y “pongan ideas sobre la mesa. Las filadas sí que se encuentran a lo largo del año, pero es ahora cuando todos estamos juntos. También se abre la puerta a nuevas incorporaciones, se presenta a amigos y gente que nunca ha participado en el desfile, pero que tiene interés. En resumen, es un tiempo para unirnos y crecer”.
[Artículo sacado del Periódico Santa Pola]
En la frase "De hecho ha entrado una escuadra de chicas jóvenes en Templarios, junto con otra de chicos”, se refiere a la nueva filá que hemos formado mis amigas y yo en la comparsa ya nombrada, Las Guardianas de Tierra Santa. Este domingo nos estrenaremos con nuestras camisetas de los Templarios que nos hemos hecho y en Septiembre ya nos verán con nuestra vestimenta cristiana.
Tan solo faltan dos días para esta esperada fiesta, 2 de marzo, en la que recibiremos con los brazos abiertos a todo aquel que quiera acudir.
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