Mi musica

lunes, 24 de septiembre de 2012

Antonio Antón Candela ♥

La batalla comenzó el 2 de julio cuando te diagnosticaron un tumor maligno en la cabeza, imposible de operar, ya que estaba en un lugar muy delicado y si te tocaban donde no debían podían dejarte peor. Todos nos preocupamos por ti, pero aún vimos algo de esperanza cuando decidiste hacer la radioterapia y la quimioterapia. Al menos estaba la posibilidad de que aquello disminuyera, ya que no podía desaparecer, pero al menos lograríamos pararlo un poco. Con los días, volviste al hospital por culpa de la quimioterapia que, al ser en pastillas, te quemó el esófago y apenas podías comer y beber nada. Al menos seguías con la radioterapia, pero tuvimos la mala suerte de que no sirvió para nada. Volviste a casa, esta vez estabas en silla de ruedas, pero al menos hablabas con nosotros, y nos abrazabas y dabas besos. El 13 de agosto despertaste con una glándula salival hinchada, y como tenías que ir al hospital de todos modos, te dejaron en observación para al final ingresarte de nuevo. Dos días después fue tu 75 cumpleaños, cuando llegué estabas dormido, pero recuerdo que cuando me viste y me acerqué a darte un beso para felicitarte, sonreíste y pude entender como decías "Gracias". A partir de ese día empezó lo peor. Ya casi no te podías mover y apenas articulabas palabra, te costaba y nosotros ya no te entendíamos. El verte así me partía el alma y no podía evitar ponerme a llorar. Con todo lo que tú has sido y verte tan indefenso a mi me mataba. Volví a verte cuando ya te mandaron a casa, aunque esta vez ya con la cama del hospital y todo lo necesario para cuidarte. Me encantaba verte sonreír cada vez que nos veías a mi y todos tus nietos juntos, o cuando movías la mano para que me acercara a ti y me dabas un beso. También me alegraba cuando mamá me decía que habías hecho esto o lo otro, que parecía que mejorabas, aunque al día siguiente me decían que no.
A principios de Septiembre, pensamos que te perdíamos, aunque por suerte solo era una falsa alarma, pero era normal, la yaya veía algo extraño y se asustaba, pero volvíamos a casa tranquilos. Ya el domingo 16, aprovechando que estábamos todos allí, nos llamaste, fuimos y nos diste un beso a cada uno, parecía que te despedías de nosotros. Al día siguiente ya cerraste los ojos y no los abrías... Entraste en coma, hasta el día 22 a las 24:00 justo, que diste tu último respiro. Mamá estaba allí contigo, pero no me lo dijo hasta que no llegó a casa a las dos de la mañana. Aunque yo ya me olía algo, no quería aceptarlo hasta que me lo dijeran. Este sábado y este domingo han sido muy duros para todos, ya que no volveremos a verte, y eso es muy duro porque has dejado una gran huella en nuestros corazones, por lo buen marido, padre, abuelo y persona que has sido. Siempre estarás en nuestro recuerdo y sonreiremos al pensar en todo lo vivido contigo, todas tus frases o el día en el que celebramos tus 50 años de casado con la yaya.
Y con lágrimas en los ojos, que casi no puedo ver ya las teclas, te digo: ¡TE QUEREMOS!

Desde aquí quiero dar las gracias a todos por vuestros mensajes de ánimos que nos habéis dado a mi y mi familia. Gracias a mis nenis, a las chicas de mi madre, a los amigos de la familia y en especial a nuestra familia. Gracias por todo y por los abrazos que nos habéis dado.

Antonio Antón Candela, un buen hombre, un ejemplo a seguir. ♥

No hay comentarios:

Publicar un comentario