Una noche llena de risas, quemando nuestros apuntes de todo un año, intentando que nuestra hoguera no se apagara y que al final nosotros mismos apagamos, noche de juegos, fotos y más risas como siempre pasa que nos juntamos todos. Son momentos que valen la pena recordar. Lo único malo fue que nos llovió... ¿Malo? ¿He dicho eso? ¡Para nada! Aún lloviendo a mares nosotros continuamos la fiesta de vuelta a casa, abrazos bajo la lluvia, selfie bajo la lluvia, algunos metiéndose en los charcos para salpicar a los demás y otros (yo incluida) resbalándose por culpa de las aceras y carreteras mojadas, las chanclas no son un buen calzado cuando llueve, pero tuve suerte de no caer jajaja. Después a las cinco de la mañana una ducha relajante para quitarnos toda la arena y el olor a humo y a dormir.
Al día siguiente llegaron más risas al recordar la noche anterior.
Gracias por esos momentos! Hasta que llegue la próxima fiesta.
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