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viernes, 11 de mayo de 2012

Al fin y al cabo, vale la pena

Lo recordaba todo. Esa noche se había puesto melancólico y se puso a pensar en como conoció a su mujer, que dormía tranquilamente a su lado.
Él era un joven estudiante de la universidad al que le iba demasiado la marcha. Ella era más tranquila. Esa noche había fiesta en el campus; Tom se confundió de habitación y entró en la de Hannah. Desde entonces empezaron a hablar y poco a poco crearon una nueva amistad..
Al cabo de los años, esa amistad se había mantenido fuerte y él seguía siendo el mismo fiestero y ligón de siempre mientras que ella se centraba en su trabajo. Ambos se querían demasiado pero no querían reconocer lo que de verdad sentían el uno por el otro. Total, siempre estarían juntos. Pero ambos se equivocaban.
Recordó lo mucho que le dolió que ella se fuera dos semanas de su lado por viajes de negocios. No era lo mismo. Sus amigos le animaban para que se atreviera a confesarle lo que de verdad sentía por Hannah.
Y cuando estaba completamente seguro de lo que haría, cuando al verla de nuevo, se armó de valor y se acercó. Pero de repente apareció él, George, el futuro prometido de su amiga. No lo podía creer.
Desde entonces, no le quedó otra cosa que sonreír y ayudarla con los planes de su boda. La veía tan feliz e ilusionada que no sería él quien le arrebatara todo aquello. Al contrario. Si ella necesitaba ayuda en un futuro, él estaría ahí para animarla.
Los días pasaban, y los sentimientos de Tom hacia Hannah iban en aumento, pero se daba cuenta de que la estaba perdiendo. Y, por más que quería, no podía hacer nada por evitarlo.
Por fin llegó el día y cuando Hannah estaba a punto de decir el famoso "sí, quiero", se armó de valor y se lo dijo. Ella, impresionada, le miró, luego a su prometido y de nuevo a él. Se había dado cuenta de a quién amaba en realidad. Se acercó a Tom y le besó, delante de todos. Ambos se miraron y se fueron de allí, dejando a todos boquiabiertos. Meses después, contrajeron matrimonio.
Una vez en el presente la miró y sonrió pensando en todo lo que habían vivido y les quedaba por vivir.
Nunca perdió la esperanza e hizo bien, ya que luchó por ella y estuvo a su lado en todo momento.
No te rindas y vive la vida sin dejar de luchar por tus sueños y tus sentimientos.

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