Mi musica

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Entre lágrimas me quedé dormida.

Hay días en los que te levantas y piensas, "hoy va a ser un buen día". Pasan las horas, estás con tus amigas, te ríes, te diviertes, haces tonterías y te dices a ti misma que eres feliz. Pero cuando llegas a casa, de repente puedes derrumbarte, empezar a llorar como una niña pequeña y nada ni nadie puede consolarte. ¿Por qué? Porque tal vez tengas un problema que solo tú puedes solucionar y nadie puede hacer nada por ti.
Como yo, por ejemplo anoche, estaba bien y de repente me vino él a la mente, pensar que no está a mi lado, que le echo de menos, que no sé nada de él, que le necesito, eso me hizo venirme abajo, me dieron ganas de desaparecer de aquí y cuando mis amigos me hablaron para ver que me pasaba, entonces me puse a llorar aún más, porque esas personas se preocupaban por mi y harían cualquier cosa por verme sonreír. Pero en ese momento no podía sonreír, se había ido. Sus abrazos y sus palabras lograron tranquilizarme un poco, pero no era suficiente. Me di cuenta de que siempre que les necesitara estarían ahí, pero yo quería que fuera él quién estuviera abrazándome y no estaba. Por eso me despedí de todos, con un beso en la mejilla y me fui a dormir. Nada más cerrar los ojos, llenos de lágrimas, desconecté de este mundo; y hoy al despertar, noté que estaba mejor. ¿Pero cuánto durará mi bienestar de hoy? Eso solo lo puedo descubrir yo sola, con el paso del tiempo.

1 comentario:

  1. Pues no quiero verte llorar por un gilipollas, así que más te vale que merezca tanto la pena que no puedas parar de pensar en él. No quiero verte así. De verdad, con lo maravillosa que eres verte así, duele. Así que entiendo a tus amigos. Por favor, sonríe. Besos.

    ResponderEliminar